Más allá de la animadversión, que con justa razón, se ha ganado el presidente de los Estados Unidos de Norte América, Donald Trump, entre habitantes de diversos países del mundo, en los mexicanos, no ha despertado el menor interés el discurso que el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, diera a través de medios televisivos, en los que conmina a su homólogo estadounidense a bajar de tono a sus amenazas, al decir que: “no permitiremos que la retórica negativa defina nuestras acciones”, nos incluye a los ciudadano, a esos que nunca ha tomado en cuenta, y nos invita a estar unidos.
Esto, trae a la memoria aquello de que: “mi enemigo me marca al enemigo y quiere que le ayude con el cambio”, y todo esto ante la declaración de Trump de que, enviaría a la guardia nacional a resguardar la seguridad de sus frontera, para evitar que se introduzcan de manera ilegal mas migrantes que proviene del lado sur de su país, esto es, mexicanos, hondureños, salvadoreños, guatemaltecos, puertorriqueños, colombianos y demás habitantes de está tan golpeada y saqueada América latina, por parte de éste nuestro vecino país.
Son muchos los años en que el servilismo de nuestros presidentes, han puesto de rodillas a nuestro país, ante países extranjeros y les han permitido saquear nuestras riquezas, a grado tal, que han reformado, nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos para, sin que sean llamados traidores y entreguistas, puedan libremente permitir que en todos los ámbitos del territorio mexicano esté la intromisión de empresarios extranjeros, viendo solo por su propio beneficio y consecuentemente el de su país de origen.
Podemos enumerar los rubros en el que extranjeros se han estado viendo favorecidos por los gobiernos mexicanos: minería, ganadería, agricultura, pesca, ferrocarriles, Bancos, carreteras, Playas, aeropuertos, centros comerciales, hoteles, todo ha sido privatizado, ante la inconformidad de los mexicanos, no de todos hay que decirlo, porque los mexicanos prestanombres, están a la orden del día y prestos a coadyuvar a estos saqueos que de nuestros bienes nacionales hacen y, como nada está fuera de la vista y del interés de los presidentes, son ellos quienes conllevan la mayor responsabilidad de la situación de miseria que se vive en México.
Paradójico resulta que nos indigne lo que Trump hace, o deje de hacer, diga o no diga y miles de mexicanos pasen en los consulados norteamericanos pagando por una visa para ir a su país y, que en muchas ocasiones, les es negada, aún cuando ya hayan pagado por ella y las autoridades mexicanas nada hagan ante este robo, porque eso es un robo descarado.
Como nada han hecho los gobernantes mexicanos por crear fuentes de empleos para sus ciudadanos, por rescatar nuestras empresas y expropiar todo aquello que es nuestro, ya una vez dio el ejemplo a seguir el ex presidente Lázaro Cárdenas (1934–1940), después de él a lo que se han dedicado los presidentes de México es a privatizar todo aquello que a ellos les reditue ganancias, haciendo grandes fortunas y endeudando al país cada vez más y, en su servilismo entreguista, seguimos atrapados en un Tratado de Libre Comercio con E.U. y Canadá, cuyos únicos beneficiados son ellos, no México.
Trump ha demostrado enojo contra los presidentes que no hacen nada por los ciudadanos de su país, a quienes les resulta más fácil que se vayan de ilegales a E.U.; todos los presidentes de nuestro país vecino del norte, han mostrado preocupación y han realizado acciones de extradición, de detención cuando son detectados, pero no han hecho tanto escándalo y, todos esos presidentes han aprovechado igualmente, la proclividad de nuestros gobernantes a la corrupción, a esa desmedida ambición de acumular miles de millones de pesos, que les proporciona lujos que ni ensueños pensaron tener.
Cualquier presidente, puede decidir mover a su ejército hacia dónde más considere conveniente hacerlo, si se trata de salvaguardar la seguridad de su país y de sus ciudadanos, algo que aquí en México no se hace ni hacia el norte, ni hacia el sur.
Innumerables y lamentables escenas se viven en México, cuando a su tránsito por éste país, muchos ciudadanos que cruzan ilegalmente la frontera, son asaltados, golpeados, violados, desaparecidos, y muchos más, deambulan por calles mexicanas de varios Estados, mutilados pidiendo limosna, sin una o dos piernas, brazos, a causa de caídas del tren, llamado “la bestia”, ahí van cientos de hombres, mujeres, niños, que se suben al lomo del tren, nadie ha puesto remedio a esa situación.
Pedir que antes que construir muros, se destruyan los existentes, es pedirle peras al olmo, los intereses de los gobernantes están más allá que nuestros deseos.
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