¿Qué respuesta jurídica legal, creíble, podrán dar el hoy Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam y el Secretario de Seguridad, Miguel Ángel Osorio Chong cuando se les cuestiona que todo el proceso electoral que impuso a Peña Nieto en la Presidencia estuvo corrompido desde principio a fin, si ellos eran los artífices visibles de la campaña de Peña Nieto y hoy son flamantes funcionarios?.
Han “rescatado” la Presidencia de la República Mexicana, se ufana de esto los priistas y si vemos hacia atrás, encontramos que con diferentes matices, los ex Presidentes priistas hicieron exactamente lo mismo, y pasada la parafernalia de las elecciones en los primeros meses se deshacían por hacer simulaciones de “renovaciones”, “cambios”, “diferencias” y “movimientos en beneficio del pueblo”, y proclaman, cómo antaño a los cuatro vientos, teniendo como voceros a los medios de comunicación como, Televisas y TV Azteca para hacernos creer que “ahora sí, las cosas van en serio”. Y tan en serio va, que vemos con verdadera indignación como priistas cuya corrupción no deja lugar a dudas, como Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa Patrón, brincan de una cámara a otra sin ningún problema y se dicen ser “nuestros representantes populares”.
Y de repente nos amanecemos con la noticias de que, a la Profesora Elba Esther Gordillo la detuvieron por “enriquecimiento ilícito”, “por mal manejo de los fondos” del Sindicato Nacional de Trabajadores del Estado, (SNTE); para nada dicen que fue un pleito feroz entre ellos, los priistas, contra la Gordillo, porque ésta, en el poderío al que la subieron, se creyó ser más poderosa que aquellos que la pusieron y, en corrupción, la ley de oro del más poderoso es: “nada por encima de mi” y si no, pregúntenle a Carlos Salina de Gortari y al grupo Atlacomulco.
Otra de las acciones del nuevo gobierno, encabezado por Peña Nieto ‑a la mala- es hacer reformas, reformas y más reformas, sobre telecomunicaciones, educativas, laborales, mineras, energéticas, hacendarias y hasta territoriales, llevando todas ellas un solo fin: dar cumplimiento cabal a los requerimientos y/o exigencias de organismos financieros internacionales; nada, pero nada que ver con el bienestar de los mexicanos.
Y ante el temor soterrado de que los mexicanos aprendamos a empoderarnos y mandarlos mucho al carajo, mediante un estallido social, pues recurren al enamoramiento de dirigentes de los Partidos Políticos, — a los cuales mantenemos de cabo a rabo‑, para que firmen “civilizadamente”, un Pacto por México.
Y Ahí están sin el más mínimo rubor y sí con un alto grado de desvergüenza y cinismo y, sobre todo, un anti patriotismo sin medida, el Partido de Acción Nacional , con Gustavo Madero a la cabeza; el Partido de la Revolución Democrática con su oscuro dirigente Jesús Zambrano y las rémoras del Partido Verde y el de nueva Alianza.
Y mientras en evento exclusivo para las altas elites financieras y políticas se aplauden entre sí, por el desgarre que están haciendo de nuestro País, afuera en las calles, otros son los sentimientos que después de muchas décadas contenidos… empiezan a brotar.