Si existe algo en México, a lo que los Presidentes de la República en turno prestan mucha atención y atienden con prontitud, es a la voz de los grandes empresarios, y es de entenderse, las conclaves que realiza éste sector de la sociedad, tiene como objetivo principal designar justamente a los Presidentes, Gobernadores, dejando en segundo término a funcionarios de menor rango, tales como Presidentes Municipales, Regidores, y a los “representantes populares”, Diputados y Senadores, aunque por supuesto, tienen gran injerencia en los nombramientos de los Coordinadores de las mal llamadas “bancadas” (grupos formados por miembros de los Partidos); ahí, son ellos también los que discretamente designan a quienes las dirigen, y claro colocan a sus familiares, amantes, esposas, amistades cercanas, que les garantice que sus iniciativas serán incuestionablemente aprobadas, así se trate de entregar al país, venderlo al mejor postor, dejar a millones de trabajadores sin empleo, lo mismo que a estudiantes sin poder ingresar en las Universidades Públicas.
Gran revuelo causó en meses pasado, una iniciativa ciudadana, acompañada de más de 600 mil firmas, que fue presentada al Congreso de la Unión, en la que se plasmaba la necesidad y urgencia de que los funcionarios, todos, incluyendo a Diputados y Senadores, dieran a conocer su patrimonio, (sueldo y propiedades); su pago de impuestos y sus relaciones de negocios (por aquello del conflicto de intereses, tan recurrente en ese medio), dicha iniciativa fue conocida como “La Ley 3 de 3”, simple y sencilla, no la aprobaron.
Los legisladores, sin respetar a sus “representados”, no solo no la aprobaron, sino que cambiaron algunos términos, y pusieron de su cosecha que, los empresarios también tuvieran la obligación de cumplir esa Ley, de aprobarse, argumentando, palabras más, palabras menos que: “los empresarios realizan negociaciones con el gobierno, y en tanto se ven favorecidos con el presupuesto que se conforma de los impuestos que todos los ciudadanos pagamos, pues tendrían igual obligación de transparentar sus ingresos, egresos, relaciones y pago de sus impuestos”.
Y, ¡sopas!… ahí es dónde “la cochi torcio el rabo”, los empresarios salieron furibundos a manifestarse contra esa insultante propuesta de los legisladores y a exigir al Presidente Enrique Peña Nieto (EPN), respeto a su: “integridad”, “honestidad”, “decencia”, “probidad”, etc., etc.
No hubo mayor problema, el Presidente más rápido que inmediatamente recibió a los “afectados”… o más bien, los “afectados”, Presidentes de los organismos empresariales, recibieron al Presidente y como ignoramos lo que conversaron, suponemos que le recordaron a EPN, a quien le debe estar en la Presidencia de la República y punto, no se volvió hablar más del asunto.
Hace una semana atrás, estos mismos millonarios empresarios, empezaron a movilizar a sus agremiados para que protestaran contra el movimiento magisterial que sostiene la Coordinadora Nacional de Trabajadores del Estado (CNTE), desde hace más de seis meses, quienes se han venido manifestando de manera más activa en función, de que el Presidente nunca los ha recibido; el Secretario de Educación los ha denostado y amenazado constantemente en todos los medios de comunicación posibles y, por el hecho de negarse a aceptar sumisamente una deformada “Ley de Educación”, han sido brutalmente reprimidos hasta llegar a asesinar en los enfrentamientos con la policía, a maestros, a jovencitos, a padres de familia.
El lunes 8 de agosto, los comerciantes iniciaron un paro de labores, exigiendo a las autoridades; “recurra a los medios necesarios para terminar con el conflicto de los maestros”.
Surge la pregunta inmediatamente, ¿están pidiendo los empresarios que repriman aún más a los maestros, a los estudiantes y padres de familia, a los ciudadanos que apoyan ese justo movimiento de defensa de la educación?; ¿ignoran acaso esos comerciantes y empresarios que si sus ganancias han mermado algunos meses, la educación ha mermado muchísimo más durante varias décadas en todos sentidos, por la falta de atención de; Presidentes, Gobernadores, Secretarios de Educación, de Hacienda y Crédito Público, de Desarrollo Social, de Magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de Diputados y Senadores, quienes todos ellos disfrutan de insultantes salarios, prestaciones y prebendas?; ¿ignoran señores empresarios que sus fortunas las han hecho por el beneficio que se les otorga, al evadir impuestos, al pagar sueldos de hambre a sus empleados y, a muchos de ellos ni tan siquiera sueldo les pagan en sus grandes supermercados, porque su bondad es tan infinita que tienen como empacadores a niños, a ancianos y a acomodadores de carritos sin que reciban un centavo de su parte?. Entonces, si lo ignoran, entérense que sus fortunas las han hecho gracias a que los ciudadanos nunca han pedido que sean ustedes los reprimidos y encarcelados.
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