Más acertada no podría ser la aseveración escrita por el periodista Pedro Miguel, en la que dice: “vivimos entre la inconciencia de los pobres, la insensibilidad de los ricos y la frivolidad de la clase media”; esté 2017, lo iniciamos con el cumplimiento del Presidente de la República Mexicana, Enrique Peña Nieto (EPN) y la clase política en que se sustenta, formada por miembros de los Partidos Políticos: Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido de Acción Nacional (PAN), Partido de la Revolución Democrática (PRD), Partido Verde Ecologista (PVE), Partido Nueva Alianza (PANAL), de aumentar las gasolinas.
La ciudadanía inconforme, cargando con la cruda de los festejos decembrinos, en la gran mayoría de los Estados y Municipios de la República Mexicana, salimos a la calle de manera pacífica, a manifestar nuestra negativa a aceptar esos aumentos, producto de la Reforma Energética, tal como durante 2014 y 2015, salieron los Maestros a manifestar su oposición a la Reforma Educativa, y como lo hicieran igualmente empresarios, ante la Reforma Hacendaria y los trabajadores ante la Reforma Laboral y miles de ciudadanos afectados con la Reforma Financiera.
Paradójicamente, quien jurara ante el Congreso de la Unión de que, velaría por el bienestar de los mexicanos, mintió; inexplicablemente, quienes son los Representantes de los ciudadanos mexicanos ante los poderes ejecutivo y judicial, Diputados y Senadores, congregados en el poder legislativo, igualmente mintieron, y ambos, poder ejecutivo, al presentar iniciativas de Reforma, y legislativo, al aprobar esa serie de “Reformas”, mediante pago millonario por su voto, cometieron actos señalados en nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: ¡como traición a la patria!.
Ante el reclamo generalizado de los mexicanos de que se dé marcha atrás al “gasolinazo”, como la vox populi denomino a éste abuso, sale EPN con un discurso a más de insultante, incoherente, a decir que: “entiendo que es un duro golpe, pero necesario para conservar la estabilidad económica y se da en función de los aumentos que se están dando en el mundo y que permanecerán los nuevos precios”; afirmó que: “ no es una medida irresponsable” y, concluyó preguntando: “¿ustedes que hubieran hecho?”, “(palabras más, palabras menos); no se atrevió a recordarnos en su discurso que para el próximo mes de febrero, se dará otro aumento más.
Ante esto, la respuesta de los mexicanos no se hizo esperar y, coincidentemente ciudadanos, analistas políticos, investigadores académicos, han planteado a EPN que, poniendo fin a la corrupción que ellos mismos generan, se podría tener en México estabilidad financiera y bienestar para todos los mexicanos; al parecer solo quedan en el papel o en el aire, porque el Presidente no ha dado respuesta a esta propuesta y ante ello la situación se agrava; millones de ciudadanos salen nuevamente a la calle, incluso esos mismos “representantes populares” que aprobaran las iniciativas del ejecutivo y que nos tienen en ésta deplorable situación, con un cinismo mayúsculo salen a criticar este brutal gasolinazo, y en un fallido intento por justificarse, han declarado que: “la aprobación a la reforma energética que hicieran, ¡no iba en ese sentido!… ¡háganme ustedes el recanijo favor!, por lo que se les pregunta a Diputados y Senadores: ¿Cuál era pues el sentido de dicha reforma, a más de entregar el único recurso con el que los mexicanos contábamos, Petróleos Mexicanos (PEMEX) y vender nuestro petróleo crudo barato y comprar gasolina cara al extranjero?
Los golpes de pecho y rasgaduras de vestiduras de nuestros “representantes populares” no son creíbles y al intentar incorporarse ‑algunos‑, a las manifestaciones ciudadanas independientes de cualquier Partido Político, han sido rechazados enérgicamente.
Conocedores de los resultados de sus infalibles y recurrentes estrategias, desde los Pinos, casa oficial de la Presidencia, ponen en operación el vandalismo, para desprestigiar el movimiento ciudadano e infundir temor e inhibir las manifestaciones de protesta ante el gasolinazo, y surgen repentinamente, grupos que entran abruptamente a tiendas y da inició el deprimente espectáculo, decenas de personas cargando artículos de todo tipo, sobre todo televisiones, y hasta refrigeradores; pasados alrededor de unos 20 minutos, llegan policías, a “intentar” detener el saqueo, y para sorpresa de algunos e indignación de muchos, aparecieron videos en los que se muestran camionetas de la policía repletos de artículos que estaban siendo sustraídos de las tiendas y sin detenido alguno.
Los noticieros televisivos dieron inicio a su grito de alerta, y a pedir a los ciudadanos que no salieran a la calle, pues la situación era de sumo peligro, pues rondaban por las calles grupos de hombres armados, noticia que se replicó en todos los Estados.
Como “la burra no era arisca sino que la hicieron”, la ciudadanía hizo caso omiso de este llamado y el sábado 7 de enero en todo el país las manifestaciones multitudinarias se repitieron en todo el país, exigiendo la renuncia de EPN, la desaparición del Congreso de la Unión y la derogación del aumento la gasolina.
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